Eres único, Darwin y las leyes de la herencia lo confirman. Si buscas una marca distinta no hace falta que vayas muy lejos, porque tu eres un fenómeno que no volverá a repetirse nunca más a lo largo de la evolución.
Tu huella de ADN es una combinación de marcadores genéticos que te distingue de cualquier otro individuo de la especie humana. Es igual en todas las células de tu cuerpo y no cambiará nunca durante tu vida. Transmites la mitad a tus descendientes y heredas una parte de tus ancestros.
La huella de ADN o DNA fingerprint es una técnica de genotipado que analiza las regiones hipervariables del genoma humano. El 99,9% del genoma es similar en todos los seres humanos, y tan sólo un 0,1% varía entre individuos: esta pequeñísima fracción marca las diferencias entre persona y persona.
Las regiones hipervariables se localizan en los extremos de los cromosomas y continene unas secuencias llamadas STRs -Short Tandem Repeats-. Cada marcador STR ocupa una posición determinada en su cromosoma, un lugar único o locus en la secuencia del ADN, y tiene una serie de variantes -las variantes alélicas o alelos- que aparecen con distinta frecuencia en cada grupo poblacional humano.
Como sucede con otros genes, todas las personas reciben dos alelos -uno materno y otro paterno- de cada marcador. En el genoma humano existen cientos de marcadores STR con muchas variantes alélicas diferentes. La huella o perfil de ADN de una persona consiste en determinar la combinación de alelos STR que porta en su genoma.
Durante la meiósis que da orígen a los gametos los alelos se combinan de una manera diferente cada vez. Por esta razón, excepto gemelos monocigóticos, no hay dos personas iguales en el mundo. El mecanismo de la meiosis proporciona una fuente de variación genética. Esta variación, en los indivíduos que componen una especie, es el motor de la evolución natural.
El análisis de marcadores de ADN asociados al cromosoma Y permite trazar relaciones filogenéticas ancestrales que no es posible realizar con los STRs de los cromosomas autosómicos. El cromosoma Y se hereda a través de la línea paterna sin recombinación posible con las regiones no homólogas del cromosoma X. Todos los hijos varones de una familia heredan el mismo cromosoma Y de su padre, y este a su vez del suyo. Por otro lado, el ADN mitocondrial (mtDNA), presente en los dos sexos, se hereda únicamente por vía materna.
Según la genética poblacional del cromosoma Y, el Adán cromosomal-Y o Adán cromosómico habría sido un hombre africano (homólogo de la Eva mitocondrial) que en la evolución humana correspondería al ancestro común más reciente humano masculino que poseía el cromosoma Y del cual descienden todos los «cromosomas Y» de la población humana actual.
Es posible trazar el linaje ancestral de un varón actual y ligarlo a las grandes migraciones humanas de la antiguedad estudiando su haplogrupo Y. El arbol genealógico Y puede retrotraerse incluso a varios cientos de miles de años, antes de que el Homo sapiens surgiera como especie moderna. De igual manera, el estudio del ADN mitocondrial permite rastrear ancestros muy antiguos a través de la línea materna.
Genopharus sp. es un proyecto cultural que se abrirá muy pronto para recoger participaciones. Las donaciones a través de plataformas de micromecenazgo podrán desgravar.
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